domingo, 20 de mayo de 2007

La moda del 600 renace en Ceuta

Por Tato Ferrer

En la Place de Fontenoy, número 7, se encuentra situado un edificio en forma de y. En su interior hay un precioso jardín japonés en el que sus funcionarios reposan tras el almuerzo del mediodía. Eran mis años 20 y tuve la gran suerte de pasar varios veranos en la capital francesa. Recibía clases en la Universidad de la Sorbona, pero mi lugar habitual de las comidas era la UNESCO. 

El
hermano de un cuñado fallecido, Luís Martínez Caballero, era en aquel entonces un alto funcionario de dicho organismo internacional, uno de los responsables de las relaciones con los países sudamericanos, y era lógico que me sirviera de él como apoyo logístico-familiar.

No sólo llegué a conocer bastante bien París y sus alrededores de su mano sino que, también, me ayudó de forma inestimable en la introducción en los hábitos y costumbres de la sociedad francesa. Lo hizo así todos los años que estuve yendo con el propósito de que me relacionara el máximo posible con personas que no hablaran para nada español. Siempre le estaré agradecido.


Los padres del hermano de mi cuñado Jesús, que en paz descanse, eran profesores. Una familia de profesores. Vinieron procedentes de Tetuán y, con posterioridad, se establecieron en esta ciudad donde daban clases. Vivían por la cuesta de Villajovita, allí tenían un chalet. Curiosamente, mi cuñado Jesús Martínez, las vueltas que da la vida, de profesión ingeniero técnico, ocupó la plaza que dejó vacante el difunto José Luis Chaves Torcal, en Confederación Hidrográfica del Sur. No estuvo mucho tiempo. Estaba “tocado” por la vida, y el “ambiente”, tampoco era de su agrado, retornando a su anterior puesto de funcionario en Murcia, donde murió.

Es pues, como digo, gracias al hermano de este cuñado, como este periodista conoce en París a gente de una formación intelectual exquisita. Entre ellas, destacaré a la extraordinaria Daniéle Devos, funcionaria de la UNESCO, y miembro de la Escuela de Parapsicología, la mujer más inteligente y “sensible” que he tenido oportunidad de conocer. Daniéle siempre me hablaba en ese jardín japonés de que “no existe la casualidad en los acontecimientos de nuestras vidas”.

Años más tarde, mi reloj marcaba los 40, en Benalmádena Costa, conozco a una de las mejores astrólogas de nuestro país, Ana María Murguía. Es rotunda en su afirmación: “las casualidades no existen”.

Plaza de África. Afortunadamente, sin líderes políticos rondando. De esto hace un año y medio. Charlo con el catedrático, Jesús Carretero, sobre la posibilidad de participar en este periódico. Caso de animarme, estaba claro que “el griego” tenía que salir también de su particular “muralla” y acompañarme, como siempre.

Lleva 28 años en Ceuta y prácticamente nada más llegar a esta ciudad, se subió a bordo del “barco de papel”.

El “griego” es, periodísticamente hablando, un “todo terreno”, y se ponga en el “campo” que se sitúe, lo “hace” superior. Tiene opinión cualificada sobre todos y cada uno de los temas de actualidad con los que haya que salir al ruedo informativo cada día.

Mientras lo mío es, es un decir, era básicamente la política, y el periodismo de investigación, lo suyo es…”todo”.

Además, lo que a mi más me llamó la atención de Carretero cuando le conocí fue que no era ni es un funcionario de esos con carácter de “tránsito”.

Tenía y tiene una visión crítica con los asuntos relacionados con nuestra tierra, y dice las “verdades del barquero” a quien y cuando haga falta, sin paños calientes. Es recto en una tierra serpenteante. De ahí, seguramente, que esté desaprovechado en este pueblo por el que él ha dado la cara públicamente cada vez que ha hecho falta.

Para mi rompía la norma general del “buen” funcionario; esa mentalidad “típica” de estar en Ceuta “un tiempo”, comprarse un buen coche de lujo, y después adiós, que ya he “chupado” bastante de la ubre de la “vaca” rica en leche condensada, cuatro mejor que tres.

El “griego”, venido a Ceuta con posterioridad al hombre de Neardental de Benzú Smir, no sólo es un intelectual “comprometido”, desde su “aparición” con los asuntos de la ciudad, sino que, lo que es más, trató en todo momento de evitar “contaminarse” y “dejarse arrastrar” por la apatía del que tiene la vida resuelta por “papá estado_municipio”.

Corre el año 78, estamos a tres días de que fallezca el Papa Juan Pablo I, muerto en circunstancias extrañas, y cuyo Pontificado duró treinta días. Jesús Carretero se incorpora como marinero destacado en el “barco de papel”. Fue el hombre de confianza de mi querido padre Joaquín. Aunque no estaba físicamente en Ceuta en los momentos de los inesperados “acontecimientos”, mi padre nada hizo por llamarlo por teléfono, por localizarlo. Su “control exterior” fue de esos de todo está “atado y bien atado”.

Cuando mi querido padre Joaquín volvió a la realidad, quiso remediar. El destino intervino. Antes de que el corazón le fallara para siempre estaba en contacto, ahora sí, con “el griego” para que le cerrara la operación de compra de un periódico a la venta en Palencia.

Frío en su apariencia externa, a la muerte de mi querido padre Joaquín, yo ví al abulense del pueblo de Piedrahita con lágrimas en los ojos, emocionado. ¡Cuánto apreciaba a mi padre!

Circunstancias mandan. Un año y medio después de la conversación en la Plaza de Africa, colaboro en “El Pueblo” y pido, que es mucho decir, la incorporación del entrañable Carretero. El empresario periodístico tiene a bien escucharme, que es mucho decir, y “ficha” al “griego”. Me falta tiempo para felicitarle.

Con Carretero no se produce una incorporación cualquiera. Este periódico ganará, sin ningún género de dudas, el pensamiento profundo y exigente de una persona seria como poca gente hay. Todo un lujazo al que este “perro con pulgas” tan sólo “cambiaría”, ya lo creo, por un buen chuletón de su región, que uno no es vegetariano como el cariñoso perro de la aduana española de El Tarajal.

Perro con el que he estado precisamente charlando esta misma semana y al que siempre olvido de preguntarle cómo se llama. Nada que ver con la refinada educación del can, mi falta de tacto.

Por cierto, es una gozada pasar ahora por la aduana española. Nada parecido a ese “estrangulamiento” de semanas pasadas. Da gusto pasar con coche. Fluidez y amabilidad al mismo tiempo. Que no me falten aplausos. Mencionaré también un detalle que me ha gustado: ahora no todos los miembros de la Policía Nacional y Guardia Civil, son jóvenes con ganas de comerse al mundo y al que se ponga algo tonto, también. La incorporación de gente “mayor” ha introducido un ambiente más en línea, más cordial. Algo teníamos que tener “los maduros”, aparte de buen cocido.

Por encima, muy por lo alto, de su enorme capacidad profesional de trabajo, Carretero, tiene para mí una cualidad que hay que buscar con lupa en otras personas: la lealtad.

Sabiendo, como sabía, de su próxima llegada no conocía, no obstante, el momento exacto de su “puesta en escena”. Cuando el viernes aparecimos de nuevo los dos en el “ruedo mediático”, como en los “viejos tiempos”, pensé en París y en Benalmádena Costa. En Daniéle Devos, y en Ana María Murguía. Se me vino a la cabeza la distante en el espacio geográfico, pero coincidente en el contenido, sentencia: “la casualidad no existe”.

Ocurre que cuando este colaborador llegó a este medio escrito, el empresario periodístico tuvo la amabilidad de mostrarme unos planos sobre profundas, de submarino diré mejor, transformación de las instalaciones en las cuales se venía haciendo el periódico, sin decirme para cuándo el comienzo de las obras de reforma.

A la segunda semana de participar en “El Pueblo ”, me encuentro con sus habituales dependencias totalmente cerradas. Enseguida me imaginé que se trataba de una especie de “aviso”, por lo que no me alarmé sobremanera. A mi edad. Ha salido publicado en Ceuta algo “parido” por mi vieja pluma; demasiado es ya está. Me volveré, pensé entonces, con mi tristeza, mi depresión, y mis “pulgas” a mi encierro, a mi exilio obligado, por “esos” ceutíes de pro, supuestamente, como se dice ahora, “independientes” de “toda la vida”. Hay que “morirse” de hambre y de ganas de vomitar de tanta carcajada.

Hay que joderse: los dictadores de la democracia vienen a mostrarse, dejarse querer, sin rubor de ningún tipo, como los guardianes, los principitos valientes, los garantes, de nuestras libertades locales…¡ Ja, ja, ja!

Perdón, voy al cuarto de baño con su permiso, me han entrado ganas de hacer pipí: me meo de la risa.

Pensando en voz alta interior, con reconocimiento por el “momento” de distracción, alguien del medio, no logro recordar ahora de quién se trató, me indicó que me tenía que dirigir a la calle Jaúdenes, lugar a donde se habían trasladado tanto el personal como los equipos técnicos hasta la finalización del “nuevo periódico”.

Con más” pulgas” que nadie en esta tierra, pero también con la cabeza más alta que nadie en esta ciudad, me fui hacia el nuevo hospital de campaña instalado para seguir “pariendo” ideas, como esas que mueven el mundo. Las ideas son la “grasa” de la esfera terráquea.

Y, calladamente, disimuladamente, seguí “colando” mis artículos, como de contrabando. Unos artículos larguísimos porque está siendo mi forma de burlar la censura. Me explico.

No todo va a ser negativo en mi condición de “perro con pulgas”; antes de llenarme de insectos era un “perro callejero” vulgar pero más listo que el hambre, qué remedio. Ladrando en la universidad de la calle, aprendí a detectar con mi desarrollado sentido del olfato el más mínimo resquicio de debilidad ajena de la que poder sacar tajada.

En la primera semana, publiqué una página y observé con atención que la misma, al pasar la censura previa, produjo abrideros de bocas como señal inequívoca de aburrimiento y principio de sueño. Entonces, se me vino enseguida a la cabeza un personal aprovechamiento de la situación. Con dos páginas estaban mis censores fritos. En “la tercera” es cuando me desahogo con mi querida vieja pluma cargada a propósito con especiales cartuchos de tinta de mala uva.

Precisamente, esta semana se han cumplido dos meses, no lo diré muy fuerte, de mi humilde y modesta colaboración en este diario, gracias a Dios. Felicidades por el cumple, Tato.

En este corto, pero intenso espacio de tiempo, me ha ocurrido algo extraño. Mi problema no ha sido tanto “vomitar” pensamientos, como la necesidad de ir, poco a poco, sacándome de mis entrañas el daño que llevo dentro y que me come como un cáncer; dolores de difícil parto, tanto hacia los que interrumpieron con un duro golpe de timón mi navegar, como hacia cuantos, desde hace demasiado tiempo ya, vienen fomentando al autor_autores, de tales prácticas “democráticas”.

Porque la información desinformada, es el caldo de cultivo.

Lo más parecido a mi espacio televisivo preferido, “La clave”, del maestro José Luís Balbín, estaba siendo “59 segundos”. Programa de TVE 1 que empezó los lunes a la medianoche. Siguió emitiéndose los lunes, pero más tarde. Luego, los lunes también, pero algo más tarde. De semana en semana, dicho programa aumentaba sus espacios publicitarios. ¡Qué vergüenza!

De los lunes pasaron el programa a lo miércoles. Su horario cada vez más inoportuno. Su contenido publicitario como para no recordar si se estaba hablando de política o de fútbol antes de la publi; uno no puede aguantar la doble financiación de los medios públicos.

59” para opinar, 5 minutos para anuncios. Perdí el interés. Que siga pendiente de TVE_1 la tontita esa de los “borreguitos” que yo con mis “pulgas” tengo bastante.

El empresario periodístico me comunica la decisión de cambiar mi artículo de día de publicación. Alega que los domingos es el día de más ventas. Entonces, ¿ qué es lo quiere decirme?

¿Qué al existir en la otra parte de la comunicación más lectores, más destinatarios del mensaje, a lo mejor alguien despistado (a) pierde su tiempo conmigo? De ser así, gracias es una buena idea.

Por otra parte, si los domingos es el día de más ventas, habría, por tanto, que “reforzar” los demás. Claro que, la idea es, a lo mejor, la de ofrecer un producto los dominicales de más contenido. En éste supuesto, me cambiaré unas cuantas “pulgas” por un poco de vanidad, que también tiene uno derecho.

Como quiera que sea, de los viernes me pasan a los domingos. De momento, algo “mareado”. Quiero decir, que ahora, en estos tiempos de avanzada democracia, cada vez que voy a escribir sobre algo, lo hago conforme a mi condición: doy vueltas y vueltas, y más vueltas, hasta que tomo, finalmente, asiento en el suelo, o donde me dejen o permitan. Es decir, antes de abrir la boca, le doy la vuelta al Hacho, en plan de régimen deportivo para no perder la “línea”. En mi época, este periodista lo expresaba de otra forma: no perder “Ceuta”. Al menos, tan en plan Ave como estaba ocurriendo, sin valla hasta el año 1995 o… “váyase usted ya de aquí…” para que los “respetados” y “grandes” comerciantes de la localidad colgaran en sus escaparates el letrero de: “estamos en permanente campaña de “venta”; estamos en años, no “bisiestos”, sino de “agostos”, los doce meses”.

Ahora bien, que sepa el empresario periodístico de “El Pueblo”, que no hace falta que me envíe más “señales de humo”, (¿será también socialista ceutí?) porque lo mío, por si no se ha enterado aún son, desde luego, los tambores lejanos de mi África natal.

Que si tengo que ponerme algún día a barrer, sin problemas. ¿Se acuerda alguien de mi entrañable sección “la escoba”?. ¡Barrió tanto en la transición! En esta democracia “consolidada”, que barra Urbaser ¿no?

Así, pues, de los viernes me pasan a los domingos, de momento. De fin de semana me sacan ahora a pasear los domingos. Me convierten en un dominguero. Me pregunto si alguien caritativo querrá subir alguna vez en su 600 a este “perro con pulgas” para pasear olfateando los aires de la tierra, mientras suena esa canción tan bonita y tan alegre de los payasos de la tele, Gaby, Fofó y Miliki con Fofito: “vamos de paseo pi pi pi”.

No se trata de ninguna quimera: esta misma semana he fotografiado en la Corniche de Rio Martil a tan legendario coche. Todavía ruedan. El ayer es todavía hoy a tan sólo 35 kilómetros. El 600 existe próximo y mis “pulgas” están aquí mismo, alojadas en mi piel.

De no haber tenido tanto corazón mi querido padre Joaquín, a lo mejor todavía estaría vivo y yo me podría ir corriendo a “Chavero y Cía.”, 40 años concesionaria de la Casa Fiat en Ceuta, para que me pidiese, me rescatase, de la fábrica italiana de Torino algún mítico 600.

¡ Qué morro¡. Paco Sánchez me llama por teléfono a cobro revertido y me dice que me vaya a verle porque sabe que a este periodista no le gusta en exceso el periodismo telefónico.

El investigador_histórico está preparando un libro titulado: “Imágenes para la Historia de Ceuta”, compuesto por unas 300 fotos, desde 1859 a 2007, que presentará en el Ayuntamiento_Asamblea, el próximo mes de julio, en concreto el día 26, sobre las nueve de la noche.

En el citado libro, otra magistral obra de Paco Sánchez, nos muestra gráficamente en esos 150 años de historia local, los cambios urbanísticos, eventos y personajes de la ciudad, en momentos cruciales. Asimismo, visitas de Reyes y Corporaciones Municipales. El libro termina con unas diez fotos a todo color de la Ceuta actual.

Este libro de fotografías contará con unas 350 páginas y serán pocos los ejemplares que se editen al ser, una vez más, “este genio tocado por la mano del abandono”, el que corre con todos los gastos. ¡ Qué vergüenza de pueblo ¡

El investigador_histórico que en su condición no pierde detalle de mi vida profesional, me felicita por los dos meses y se ríe, sin yo saber bien de qué. Se sonríe y me hace un regalo, esto ya me gusta más: una cafetera. Antes de dármela me cuenta, pedazo de deformación profesional, que es una cafetera italiana clásica_tradicional y que se trata del mismo modelo que en los años 80 compraban en gran número los marineros cuando venían a Ceuta los barcos de guerra.

Otra inyección económica perdida. Ahora con la economía de las pateras, y lo que se gastan la mayoría de nuestros funcionarios en la ciudad, tenemos bastante. De sobra, si me apuran en mi radicalismo_realista.

Apago dos velitas. Son dos meses. Y sigo escribiendo. A Dios gracias, a un determinado, muy “determinado” empresario periodístico, y… a ustedes, amables lectores. ¿Será todo fruto de la casualidad?. ¡Ah¡, las casualidades no existen en nuestros destinos.

Está grabado y hay testigos. Cuando precisamente el pasado domingo me entrevista en el hotel Tryp la televisión satelital de Qatar Al Yasira, la cadena CNN del mundo árabe líder en audiencia y me pregunta, entre otras cosas, a cuál partido iba a votar, mi respuesta fue clara: a ninguno, me abstendré.

Conozco la esperpéntica noticia sobre que en esta campaña salvo el PP, los demás no han tenido a bien gastarse un duro en publicidad oficial electoral en este diario. Dan de comer tan sólo a los que a mi familia y a mi nos arruinaron, por ser independientes, críticos, y plurales en política. Pero, de buena fe. Que el investigador histórico tire de hemeroteca.

Fomentan el símbolo del Hacho. La luz les atrae como a los mosquitos, y les deslumbra, les ciega. Ni ven ni les preocupa mucho navegar en política con un referente contrastado para cuando se hace la niebla, la noche, o fallan los sistemas de orientación_GPS.

A mí, profesional y personalmente, me han jodido bastante con esta actitud políticamente indecente, típica de “vividores” de la política. El 27 de mayo tendré ahora menos tiempo para “arrascarme” las “pulgas”. Votaré al PP, aunque mi voto quede en familia, y pese a no tener este periodista mucha “confianza” en el hecho puntual de que en mi legítimo ejercicio profesional pueda ejercer abiertamente la crítica constructiva como uno de los pilares básicos en los que se debe de apoyar la libertad de expresión, sustento de una verdadera democracia. Espero tener “confianza” de poder seguir desenvolviéndome en este mi pueblo, para bien o para mal, de lo que soy: un periodista independiente.

Los del símbolo del Hacho me convirtieron en un “perro con pulgas”. Este pueblo no sólo tiene carencias en su falta de conciencia sobre muchas cosas; padece, asimismo, de amnesia. Paco Sánchez, independiente también y todavía, debería de “recordar”, cuanto antes mejor, la historia del periodismo democrático en Ceuta: seguro que “ uno” más que “otro”. ¿ Valió la pena a la vista de lo que se ve? Ojala que después del 27 de mayo exista un nuevo “talante”, parafraseando al Presidente del Gobierno, huérfano de representantes políticos de talla en esta ciudad, pese a su visita. Una pena y todo un contrasentido.

Los musulmanes olvidan pronto quién era el único que dio la cara por ese colectivo cuando nadie quería saber nada del “moro”; no como ahora que a todo el mundo se le pierde el culo por abrirles puertas y ventanas.

Aróstegui, que quiere batir su propio récord de ausencia de liderazgo popular respaldado en las urnas, “desperdicia” y “quema” a Iván Chaves, de gran valía intelectual y coraje, nacido, literalmente, con 6 meses en mi coche Fiat 126; como Fraiz “perdió” al hijo de Tony, que en paz descanse.

Los Verdes en línea con mi conciencia: también era “verde” y se la comió el burro.

El PP de Ceuta ha hecho publicidad electoral en este periódico, gracias. Así, pues, mi reconocimiento y mi voto en la “confianza” de ir mejorando en el binomio: ¡estupendo¡, ¡bravo¡, ¡olé¡, ¡viva¡…críticas

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