lunes, 23 de diciembre de 2013

El hombre que no pudo brindar en Ceuta... por Navidad

Por Tato Ferrer

No es la primera vez que refiero el caso. Es más, espero que no sea la última.

Si la Navidad es, fuera o fuese,  algo más que hipocresía, la renovación de intenciones, de buenos propósitos, debería ser auténtica. De ahí, mi obligación moral de exponer a la opinión pública, lo ocurrido en Ceuta, allá por el año 2008, precisamente, por estas fechas navideñas.

Ustedes, seguramente, sean  personas pertenecientes al club selecto de los afortunados, y su plus de residencia, inherente al amor por Ceuta, les evite verse en la necesidad de acudir a los Servicios Sociales.

Pero, ese hombre, ese desconocido, no era socio, ni tan siquiera de honor, de los privilegiados. No obstante, y pese a su condición de necesitado extremo, aquella mañana estaba más contento de lo habitual en él. Estaba lleno de júbilo dado que era portador de dos vales facilitados por Servicios Sociales.