La Mentira de Ceuta 13/11/2014
La luz regulada de Ceuta
-por Tato Ferrer-
Tengo que reconocer que, hasta ese momento de lectura de su escrito de queja, me parecía un político, si se me permite la expresión, con las espaldas cubiertas por el partido. Es decir, uno más. Te lo podías encontrar en Plaza Reyes, Plaza África, o en Algeciras.
Su conexión con el mundo romano no debería sorprender en nuestra reserva. Una de las instituciones parásitas, entre otras muchas, es el Senado. Cámara que sirve, cumple con la función, de contribuir a engordar el chupeteo del rico pastel, de unos y otros, servidores públicos. De ahí que aproveche, también, si tiene oportunidad. Pero, como quiera, que todo, o casi todo, va a cambiar cuando llegue su partido a gobernar de nuevo, pues. Mientras tanto… la cámara no va a congelar las entradas económicas, por aquí y por allá.
En cierta ocasión, supe sobre él que era del signo sagitario. Los nacidos bajo tal horóscopo nos completamos y, a la vez, chocamos como trenes, dado nuestro carácter fuerte.
Como político me merecía la misma consideración que, el resto de los componentes de todos y cada uno de los diferentes partidos, desde hace ya tanto tiempo: vividores del sistema que, entre unos y otros, lo han llevado a su descomposición. Ahora bien, han disfrutado, disfrutan, de la aparente democracia, como salvajes.
Sin embargo, no me duelen prendas: el candidato socialista a la alcaldía de Ceuta, ha logrado sorprenderme, a esta altura de mi vida aburrida. Por lo que, expreso profunda admiración.
La otra cara
Se trata de que el candidato socialisto a Plaza África, acaba de mostrarse ante la opinión pública ceutí como todo un descubridor. Y no, precisamente, de un neardental, como sería lo más lógico en tierra de Benzú.
Ofrece, pues, detalles puntuales sobre uno de los mayores sapiens que disfruta en la reserva de los mangos bonitos.
Descubre, al menos esa es creo su intención, la cara oculta del farero, ahí es ná. No su cara blanda, que ignoro su aspecto. Habla de la otra parte de la luna. Vamos, que si en las próximas elecciones a Plaza África, figura en la lista, abierta o cerrada, en calidad de investigador, en lugar de político del sistema beneficiado, desde ya, le digo que cuente con mi voto a plazo fijo.
El candidato socialista ceutí a la alcaldía, publica en “El Pueblo”, con fecha 12 de octubre, una carta abierta bajo el título “La sinvergonzonería de “El Faro de Ceuta”.
Como quiera que la cabecera de un diario per se no responde a ningún adjetivo, algún farero tendrá que ser el receptor de el cariñoso atributo o calificativo.
En mis años de estudiante tuve a bien solicitarle a uno de mis profesores de la facultad, que escribiera algún artículo para “El Faro”. Al conocer el nombre del medio, me respondió:
-Lo lamento, pero no escribo para un periódico fascista.
Era cierto. Me dolió su respuesta pero la acepté. Era la realidad. “El Faro” no había enterrado a Franco. La democracia informativa no había cruzado todavía el mar, pese a ser estrecho. No era que “El Faro” navegara con rumbo fijado en la ideología de los Principios del Movimiento Nacional. La puntada era que siguió anclado en la División Azul.
Corre el año 77 y me convierto en el capitán de la nave de papel. Debajo de la cabecera del decano apareció aquel romántico lema: diario independiente de la mañana.
El “facha” más democrático
En el año 77, Ceuta contó con un periódico modesto pero, independiente y socialmente útil. Como ocurre en las bodas: si algún partido, sindicato, organización, asociación, tuvo que abonar , cantidad alguna, una sola peseta, desde ese año 77 hasta finales del 82, por expresar opinión o contenido en el diario, que lo diga, o calle para siempre. La comunidad musulmana felicitó a “El Faro”, dado que, gracias al apoyo informativo, se había logrado que el alcalde recibiera a sus representantes, por primera vez.
Es más, si el ayuntamiento es capaz de demostrar que se nos subvencionó durante aquellos años, pues bien. Ni el señor candidato del PSOE, en su nueva faceta de investigador, sacará a relucir ni una sola peseta de ayuda al que era, por cierto, el único medio escrito. Donde el panorama se reducía a Radio Ceuta, de José Solera Barco y, a “El Faro”, de mi querido padre, Joaquín Ferrer González.
Mi querido padre Joaquín hizo la guerra con Franco. Con todo, permitió que “El Faro” navegara por el rumbo de la independencia informativa. Siendo, como era, el propietario del diario decano, durante mis 5 años de dirección, jamás leyó el periódico antes que los lectores. Se limitó a una función gerencial. Respetó mi forma de entender el periodismo en el nuevo sistema que nos habíamos dado los españoles. Ni me censuró, ni me marcó rumbo. Fueron 5 años que interpreté con toda la ilusión del mundo. Y punto.
Mi querido padre Joaquín no sólo me concedió el honor, el enorme privilegio, de usar la libertad de expresión en Ceuta, con la única limitación de la frontera judicial. “El Faro” dejó de ser conocido popularmente como el TBO. Es más, aquel catedrático de la Complutense, terminó escribiendo artículos conmigo.
Mi querido padre Joaquín, no fue para aprovechar la fuerza impresionante que “El Faro” había acaparado entre la población, para irse a Plaza África y chupar de las 4 vacas. Esas eran la de las latas del bote de leche condensada. Lo de Ceuta no son 4. De tanto chupeteo puede que hasta la causa, el origen, de la enfermedad de las vacas locas, tuvieran algo que ver con el ayuntamiento.
Comerme el mundo mundial
Yo era un veinteañero que se había traído leído de Madrid el cuento chino de la democracia y pretendí que los ceutíes hicieran toma de conciencia en torno al estado de cosas y devenir de la ciudad. Un joven periodista, con ansia de cambiarlo todo, y hambre de comerse el mundo mundial.
Pero, quien sufrió de verdad las consecuencias de mi aventura periodística, maravillosa e irrepetible, al frente de la nave de papel, fue mi querido padre. Aquellos que se consideraban y decían sus amigos, se levantaban de los asientos de los cafés cuando observaban a mi progenitor con intención de incorporarse a las que habían sido sus tertulias cotidianas, de toda la vida.
Se vio convertido en una especie de apestado porque permitía, toleraba, consentía, que el tonto y loco de su hijo interpretara una música de crítica sobre la gestión de los cargos públicos. El deseo de que los cargos explicaran públicamente la gestión y el gasto, se dio en Ceuta, desde el año 77 hasta finales del 82.
Aunque ese libro, que se publicó sobre el decano con motivo de aniversario suprima de un plumazo, desde una censura propia de esta democracia aparente, mis 5 años al frente del diario, la hemeroteca está ahí guardando la memoria histórica que a nadie parece interesar ni recordar ni valorar.
Cuidado con los incendios pues es sabido que el recuerdo almacenado en las bibliotecas y hemerotecas, es el primer objetivo a destruir, con ocasión de conflictos, a lo largo de los tiempos.
Ceuta estuvo informada desde la independencia informativa. Y no fue sangrada porque el ayuntamiento no tenía que verse condicionado, de una forma u otra, a pagar ningún canon o impuesto añadido. Después, ocurrió que si no pasabas por la caja, por el bolsillo roto, descosido, sin fondo, pues ya se sabe el trato informativo, tan amable.
Ahora bien, cuando mi querido padre Joaquín, pierde la propiedad de “El Faro” tras una operación de acoso y derribo, es el ayuntamiento el que permite y fomenta que un periódico con una difusión local, modesto por tanto en sus recursos, se convierta en una auténtica máquina de hacer dinero. Al socaire de mecanismos iluminados, se estableció una línea particular de gallina de avecrem con la sopa de letras boba, por una sencilla razón: los alcaldes de turno… consintieron. Y…consienten. Pasta gansa.
El fenómeno acústico del eco
Encontró eco en los sucesivos alcaldes. Su línea de actuación para hacerse con la propiedad del diario, no tiene desperdicios en su desarrollo. No obstante, tal desaguisado ocurrió en el ámbito o carácter de lo privado. Lo que no le quita hierro al comportamiento, a la manera de ir por la vida, cargándose un proyecto único de auténtica comunicación democrática, con el apoyo de métodos, formas, maneras, sobre las que poco hay que discutir.
Lo ocurrido es un ejemplo claro de juego sin luz, por mucho que se empeñen en vender otra burra a la opinión, desde una versión unilateral, sobre los detalles. Los empresarios que así se desenvuelven, deberían de ser apartados, desde ese mismo instante, del respeto y la consideración de los demás. Si se vive en sociedad. Olvido que vivimos en una reserva africana.
Sobre todo, insisto en ello, cuando ese negocio en particular no se trata de una actividad sin más. Es un periódico. Era entonces, el único de la ciudad. Desde el cual se va a indicar a los ciudadanos y dirigentes de la población, cómo caminar. Se va a dar luz a los problemas . Alumbrar las posibles soluciones. Crear un estado de opinión y de conciencia.
La nueva luz también se hizo para iluminar, eso sí, dependiendo.
Pero, todos y cada uno de los alcaldes que dieron y dan la rica leche de los impuestos de los ceutíes, no lo hacen porque tengan el más mínimo interés en subvencionar, a través de eso que vinieron en llamar publicidad institucional, un instrumento, una herramienta, potencialmente de bien o interés social, por lo que debería de entrañar como vehículo cultural. Lo hacen porque es el precio que tienen que pagar a la causa o movimiento. Producir un efecto de hipoteca del medio, a cambio del favor de no ser controlado. El alcalde de turno siempre es bueno y siempre gestiona con acierto. Sólo cuando se quiere y ambiciona más pienso para engordar, se produce velada crítica. Tan es así, que es más fácil observar a los papas, pese a su condición de infalibilidad, pidiendo perdón por las malas historias de la iglesia, que ver a un alcalde de Ceuta, diciendo que se ha equivocado sobre tal o cual asunto. Y eso que opinan. Porque si el alcalde no hay un acto, por muy irrelevante que sea el mismo, al que no acuda, tampoco deja de opinar, de manera permanente, sobre todos los asuntos. Sabe de casi todo. Mejor alcalde no se encuentra ni buscándolo en la cueva de Benzú. Y eso que no quería ser político. Mantenía con cierta vehemencia que lo suyo era ser técnico, condición laboral de la que nunca iba a salir. En su particular caso, la justa y calibrada luz, puede que haya terminado por convertirle en un iluminado fuera del Siglo de las Luces, del XVIII. Erudito y hombre, en lo que le reste de mortal, que da la impresión de no haber roto un plato en su vida.
Cuando le tentó el sheriff, Jesús Fortes, no se lo pensó dos veces. Valoraría que en el país de los tuertos, el ciego es el rey. Por cierto, ¿estará el comisario ensayando, como dobles, o como lo que sea, con el alcalde, algún papel en la batallita esa portuguesa que supone la celebración con inversión, a prueba de crisis, como gasto innecesario, estúpido, absurdo? Imagino que el esperpéntico evento será producido como documental, serio o cómico, para el Canal de Historia. No va ser menos que “El Príncipe”. El comisario podría enfadarse y detener a alguien, que no es dado a las bromas.
Fortes fue denunciado ante la fiscalía anticorrupción. Ni al denunciado expresidente, ni a los denunciantes, les pasó nada de nada, pese a realizarse en sede judicial, y no en la barra de un bar, las graves acusaciones vertidas contra el comisario de nuestro particular oeste .
Cuando ocurrieron los hechos, fue convenientemente apartado de la política de primera fila, por un tiempo. Cuando dejó de llover, cuando en el panorama nada se supo sobre lo ocurrido con la denuncia, el alcalde Vivas, le recuperó, para el bien de los ceutíes, a la vida pública, y le nombró comisario sin estrella. Sobre la denuncia, mutis. Con lo que le gusta al alcalde explicar lo que no interesa. Sale gratis denunciar a un presidente de Ceuta.
Desde el expolio de “El Faro” a mi querido padre Joaquín, se viene produciendo una especie de supuesto delito al que yo consideraría, desde la opinión subjetiva, como de malversación de fondos o caudales públicos. Los alcaldes de turnos no pagan con el dinero de los contribuyentes bajo la filosofía y el propósito de apoyar la información para el ciudadano. Ni mucho menos. Los alcaldes de turno despilfarran los impuestos creando, desde el año 82 , una figura que tiene nombre y apellidos. Precisamente, ahora tan de moda. Hablo de: el caldo de cultivo para la corrupción.
Los ceutíes no conocieron del mayor de los escándalos ocurridos en Ceuta por “El Faro”. La televisión Cuatro, fue el medio nacional que dio la noticia. Todo un vicepresidente del Gobierno de los populistos de la ciudad, había sido grabado en el despacho oficial del ayuntamiento de Ceuta, haciendo… horas extras.
Pero, desde el expolio del diario, ¿cuál ha sido el aumento de patrimonio del sujeto?
¿Le importa realmente al candidato local del PSOE lo que el alcalde de turno, paga por hipotecar la política desinformativa.? ¿O es qué repara en ello cuando se ha visto, ahora que pretende y desea ser alcalde de Ceuta, descuidado por la poca intensidad de la luz de el foco?
No tiene suficiente luz. Quiere ser más iluminado por la linterna. De aquí que ahora, y nunca antes, que yo tenga constancia, ni él ni su partido, ponga grito en el cielo. Se lamenta de una realidad que se produce desde el ese fatídico año 82. Entre otros muchos que la han fomentado, está su propio partido que cree que, cambiando a su secretario general, ya está todo arreglado. Aquí no ha pasado nada. Distintos collares.
Que no olvide el candidato socialista. Que no olvide el pueblo de Ceuta, que en esta ciudad existió un “Faro” que no costó ni un duro a las arcas. Con un lema, una filosofía, un compromiso con el lector, a prueba de lupa. No fue “El Faro” un diario independiente de la mañana, desde una publicidad engañosa. No fue un reclamo. Fue una realidad. La misma que se encargó de eliminar el expoliador con la complicidad de todos y cada uno de los alcaldes de turno, desde aquel fatídico año 82. Para seguir dinamitando los pilares de la democracia. De aquellos lodos..
Los ricos divinos también lloran
¡Ah!, felicitaré una vez más, la enésima, al candidato del PSOE, José Antonio Carracao.
Después del descubrimiento del neardental en nuestra reserva africana, la suya podría ser una revelación suprema. En la que espero no haya tenido intervención alguna el anterior vicario imputado en un delito por presunta estafa, al que se le mimó con dolor de pasión y lágrimas, por la pena penita, de la marcha, de nuestra reserva salvaje, del personaje, un espíritu puro y limpio.
Que yo sepa, ni el farero ni el alcalde, lloran con lágrimas de cocodrilos. Eso sí derramarán lágrimas verdaderas, desde sus corazones sensibles, por tanto sacrificio, cada uno desde su parcela, que llevan realizando por los intereses generales de Ceuta.
Lloran y hasta… se confiesan. En línea espiritual, digo yo, con el anterior vicario imputado. El farero reconoce a la primera autoridad que, la etapa en la que fui director de la nave de papel, es la más destacada.
Supuso una noticia con repercusión nacional. ¿Qué se publicó sobre el imputado vicario? ¿Cómo se dio la noticia con repercusión nacional? Apagada luz. Un bufete recibe tal cantidad de energía, de luz, que, es de suponer, los recibos, las facturas, sean disparadas por el elevado consumo eléctrico gastado. Se comparte abogado. El supuesto conflicto de intereses, entre lo público y lo privado, un problema para otros.
Cuando se reivindica luz, se olvida la historia periodística de Ceuta, sin necesidad de remontar al neardental. Se deja, también, a medio acabar, la exigencia, la necesidad, de : luz y taquígrafo.
¡Muy buen artículo Tato!
ResponderEliminarEn el dices lo que hay, pero la gente no quiere saber, prefiere seguir chupando, y el que no, esperando a poder chupar