Por Tato Ferrer
La invasión juvenil de nuestra tierra estuvo inspirada por IU, según se dijo. El objetivo, manifestar una repulsa por la valla del perímetro fronterizo y sus recientes reformas.
En sus manos algunos portaban litronas de cerveza mientras, en sus cabezas, golpeaban las conciencias de unos estados de cosas que ellos a lo mejor logran cambiar en el futuro. En sus corazones latía la sangre con la que otros jóvenes han ido pintado de rojo esa alambrada maldita, con la que los ceutíes ricos nos protegemos del mundo “plus ultra”.
Vinieron jaleados por IU. Desmérito añadido. De haberse tratado de movilizaciones de las juventudes del PSOE o PP, puede que no se hubiera puesto tanto acento indicando que eran cachorros manipulados. Como si los jóvenes estuvieran libre de influencias, como si los mayores estuvieramos desenvolviéndonos en nuestros actos cotidianos con plena formación e información para adoptar las decisiones de un modo poco contaminado, con lo mucho que se nos intoxica a diario desde los diferentes medios de la izquierda y de la derecha.