Por supuesto que, de entrada y de
salida, tengo que reconocer, con enorme satisfacción, que la noticia de la
inauguración de la universidad en nuestra reserva africana, supone un evento
histórico sin parangón.
Ahora bien, esto no es óbice para
opinar que tal acontecimiento, debió de haber ocurrido hace ya muchas fechas
cumplidas en el calendario de los abandonos para con una tierra fértil.
Aunque su caldo de cultivo esté en
régimen de monopolio en su explotación. Que tan sólo sea para el
enriquecimiento de unos cuantos sapiens que, a falta de tan necesitada y
añorada universidad, se diplomaron, obtuvieron sus licenciaturas, con tesina
incluida, allá, por el paraje de Benzú
Beach, por detrás de la cueva del atrasado y primitivo neardental, en isla
Perejil.
Ni más ni menos. Con título expedido
en la cuna de la sabiduría, no hay puerta que se resista, que no se abra.