EL PUEBLO DE CEUTA
Por Jesús Carretero
Acababa de llegar yo a Ceuta. Era uno de los primeros días
de octubre de 1978. Nada más llegar pasé por la Residencia de la Juventud y, tal como me
habían dicho, pude alojarme allí. El aspecto de la residencia era
extraordinario, y el trato fue mejor. Garrido, su director, llevaba aquello con
un tacto fuera de lo normal. Había ambiente estudiantil y yo que por aquellos
años me consideraba un chaval volví a vivir mis años de estudiante, aunque ya
hacía nueve años que ejercía la docencia.
Cada vez que paso por delante de la Residencia de la Juventud tengo que
acordarme de la mala uva que tuvo el nefasto Paco Fráiz para fulminar a muchos
de los que estabamos viviendo allí y, naturalmente, pagando lo que valía. Desde
que Fráiz tocó aquel tema la
Residencia de la
Juventud dejó de ser lo que era. Políticos “perros” los ha
habido siempre.