miércoles, 23 de mayo de 2007

Todo un periodista

EL PUEBLO DE CEUTA

 Por Jesús Carretero

Acababa de llegar yo a Ceuta. Era uno de los primeros días de octubre de 1978. Nada más llegar pasé por la Residencia de la Juventud y, tal como me habían dicho, pude alojarme allí. El aspecto de la residencia era extraordinario, y el trato fue mejor. Garrido, su director, llevaba aquello con un tacto fuera de lo normal. Había ambiente estudiantil y yo que por aquellos años me consideraba un chaval volví a vivir mis años de estudiante, aunque ya hacía nueve años que ejercía la docencia.

Cada vez que paso por delante de la Residencia de la Juventud tengo que acordarme de la mala uva que tuvo el nefasto Paco Fráiz para fulminar a muchos de los que estabamos viviendo allí y, naturalmente, pagando lo que valía. Desde que Fráiz tocó aquel tema la Residencia de la Juventud dejó de ser lo que era. Políticos “perros” los ha habido siempre.


Desde la Residencia, la misma tarde que llegué a Ceuta me fui a la única radio que había entonces aquí, la Cadena Ser, pues yo venía de Badajoz y allí había estado en Radio Extremadura, Cadena Ser, que dirigía un Premio Ondas, Julio Luengo, que en paz descanse.

La acogida en la Ser no fue ni buena, ni mala, simplemente no fue. Era un mazazo, porque poco podía hacer yo aquí ya en cuestiones de radio, y por eso me pasé por el único periódico que había entonces en Ceuta:El Faro. Aquí las cosas fueron de manera totalmente distinta. Hubo acogida y buena por parte del director Tato Ferrer.

Antes del día 10 de octubre de 1978 ya estaba escribiendo yo en el Faro de Ceuta y cada día recibía más apoyo de su director y del dueño del periódico don Joaquín Ferrer, que siempre me trató como si fuera un miembro de su familia. Me lo recordaba el domingo Tato y fue así, yo tenía más fuerza ante don Joaquín que su propio hijo. Era un lujo trabajar en una empresa así.

Todo fue fenomenal hasta el verano de 1982, un verano nefasto para aquella empresa periodística, porque un sátrapa de campamento, un investigador de la nada se dedicó a hacer la corte al dueño del periódico y ese Amores fue el causante del fatal desenlace.

Al volver yo de vacaciones de verano ya estaba la faena hecha, fue una “faena de aliño” por un mal torero, pero buen trincón, que puso el mundo de ese periódico al revés.

La fecha clave fue más tarde, el 28 de octubre, el día que ganó el PSOE las primeras elecciones. La victoria aquella de los 900000 puestos de trabajo, que como tantas promesas electorales no llegaron a cumplirse.

La noche anterior, Tato Ferrer había distribuido el trabajo para el día de las elecciones, eramos pocos pero bien distribuidos: López Franco y Luis Aznar ( lo que son las cosas) José Luis y Mari Lo, Tato ferrer y yo.

La hora fijada era las once de la mañana, se preveían cosas importantes y vaya si las hubo. A las once menos cuarto llegó el nuevo dueño con el hombre de confianza, Gutiérrez. Le dicen a Tato que espere un momento: no había más que hablar, “ se jodió el invento”. A los cinco minutos le dijeron que era el “ex” director.

Fue un día amargo aquel, primero por esta fulminante destitución y en segundo lugar porque la UCD artífice singular de la transición pasó del Gobierno a la nada. ¡¡Maldito día!! dije mil veces, y es que ha sido el único de mi estancia aquí en el que renegué de estar en esta tierra.

Después vinieron las traiciones, gente de nada que había sido promocionada por Tato pasaron a acuchillarle para hacerse graciosos ante el nuevo jefe:” Esto es como cuando se cambia de entrenador, que el equipo sigue”. ¡¡Qué falta de dignidad!!, o “desde ahora, borrón y cuenta nueva”, el sujeto en cuestión posiblemente preveía las muchas cuentas pendientes que tiene sin pagar. Así es la vida.

De aquella etapa 1978 - 1982 guardo gratísimos recuerdos: trabajabamos con ilusión, había hambre de noticias y nadie esquivaba un esfuerzo. Hubo penurias, se nos atacaba frontalmente, pero se nos respetaba. Creo que fue la etapa gloriosa de ese periódico, luego ya ... .

Hoy en vísperas de elecciones pido a todos los dioses y a todos los cielos que jamás en Ceuta haya un “periodicidio”. Tato Ferrer está aquí otra vez ejerciendo, un periodista de primera división, aún con ilusión y sabiendo lo que aquí hay.

  

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